Hace casi diez años me encontraba viajando por Marruecos. Tras un largo día acabamos llegando a un pequeño hotel de montaña que estaba en obras. Afortunadamente tenía habitaciones disponibles.

El hotel era nuevo. Durante la cena, el propietario nos contó su estrategia para poner en marcha el negocio. Había decidido realizar la obra por partes, de manera que lo primero que debía tener acabado eran las zonas comunes indispensables (recepción y cocina, principalmente) y tres o cuatro habitaciones.

En cuanto tuvo esta parte de la obra terminada, abrió el hotel y dejó de construir.

Posteriormente, conforme la afluencia de clientes lo fuera aconsejando, iría ampliando progresivamente el número de habitaciones y la oferta de servicios. Nosotros fuimos de los primeros clientes.

Esta estrategia permitía al propietario afrontar la inversión con menos cantidad de recursos, anticipar la apertura del hotel y financiar él mismo las sucesivas ampliaciones con el retorno de los ingresos que el hotel producía, adaptando las instalaciones y servicios a partir de las opiniones de los clientes, con los que buscaba un permanente contacto.

Principios Lean aplicados al emprendimiento.