Uno de los despilfarros tipificados por la metodología Lean es el inventario de materiales o productos que las organizaciones necesitan tanto para protegerse ante eventuales variaciones no previstas de la demanda como para resolver la falta de sincronización entre procesos internos.
La aplicación de técnicas LEAN para reducir el tamaño de los inventarios produce, además de la reducción de costes y de financiación derivados de la menor cantidad de producto almacenado, ahorros significativos de la factura de energía si la empresa necesita, por ejemplo, utilizar cámaras de frío.
Exponemos a continuación el caso de dos empresas del sector agroalimentario: una distribuidora de productos hortofrutícolas y un matadero industrial.
En el primer caso, la aplicación de unos criterios históricos de compra ocasionaba unos tamaños de lote que hacían necesaria la utilización de 3 cámaras de frío. La anterior política se basaba exclusivamente en la posibilidad de rebajar el precio unitario de compra (a más cantidad, menor precio), el coste del transporte (hay que llenar el contenedor) y, curiosamente, en un paradigma no escrito consistente en que la empresa más fuerte es la que más compra en la subasta. La principal solución adoptada fue aumentar la frecuencia de compra reduciendo la cantidad de producto por pedido. De esta manera:
- No se altera la cantidad global de producto comprado y produce reducción del inventario medio.
- Se siguen completando los contenedores comprando las diferentes variedades con más frecuencia pero igualmente con menores tamaños de lote.
Tras el establecimiento de estas medidas la empresa pudo cerrar una de las cuatro cámaras de frío, además de aumentar la frescura de sus productos.
El matadero industrial dispone de dos cámaras de frío además de la cámara de oreo (la necesaria para que las canales se oreen a la salida del matadero). La falta de secuenciación entre las expediciones a clientes y la planificación del proceso de matanza ocasionaba la necesidad de utilizar las dos cámaras. La planificación sincronizada del proceso de matanza a partir de la planificación de las entregas, realizada semanalmente a partir de los pedidos recibidos, ocasiona que los productos frescos sean enviados inmediatamente tras la finalización del oreo, no requiriendo la utilización de una de las cámaras de frío.
Ya sea buscado de forma indirecta o directa, el hecho es que otro de los ahorros que la metodología LEAN produce es el de consumo de energía eléctrica.