Ruta hacia la mejora de los resultados

Aumentar productividad, fiabilidad y flexibilidad para seguir siendo competitivos, ese es el reto al que se enfrentan cada día empresas de todo tipo. La metodología LEAN pone el foco en estos tres aspectos. Todo método ha de ir acompañado de perseverancia, rigor y disciplina en su aplicación y seguimiento, siendo clave el comportamiento de las personas, su posición ante el cambio y cómo son dirigidos durante el proceso de transformación. En este artículo presentamos la experiencia de éxito de una empresa de Málaga del sector agroalimentario, productora y comercializadora de frutas.

Metodología Lean en una empresa productora y comercializadora de fruta

Hace un año, entramos en contacto con la Dirección de una empresa de Málaga perteneciente al sector de las frutas y hortalizas. La evolución del mercado y el crecimiento empresarial que estaba experimentando requerían revisar los procesos en sus líneas de manipulación.

Su mercado exige fiabilidad y agilidad a la hora de atender los pedidos realizados cada mañana y que han de ser servidos horas más tarde. Gestionar el grado de maduración óptimo de la fruta y procesar los pedidos en tiempo y forma son algunas de las claves del negocio. El procesado y manipulación de las frutas en la empresa se seguía haciendo con los criterios de gestión y supervisión de siempre y la dirección identificaba algunos síntomas de posibles mejoras en la productividad.

Dado que tenía ciertos conocimientos de LEAN, la dirección quería aplicar sus técnicas para incrementar la productividad y fiabilidad de las líneas, lo que además debía repercutir positivamente en el personal, reduciendo la duración de largas jornadas de trabajo. Un personal, por otra parte, con las características propias del sector: alta rotación, formación básica y con una proporción significativa de migrantes.

El objetivo inicial: mejorar un 20%

Realizamos un análisis detallado de la situación de partida de los procesos y de las posibilidades de mejora de los resultados. Una vez completado, acordamos con la dirección poner en marcha un proyecto piloto de aplicación de la metodología LEAN en dos líneas de manipulación de especial interés para la propiedad por su incidencia en la cuenta de resultados de la empresa. El objetivo de mejora de productividad fijado fue del 20%.

El factor clave: la gestión de las personas y del equipo

Constituimos un equipo de trabajo formado por personal de diferentes niveles dentro de la empresa, participando desde la alta dirección hasta mozos de almacén, pasando por manipuladores y jefes de línea. Hacer partícipes del proceso de transformación a representantes de los puestos clave de los procesos nos ayudó a identificar situaciones que otros ojos no verían.

Durante los procesos de transformación y mejora en las empresas hemos constatado que la principal dificultad para alcanzar un cambio significativo en la mejora de los resultados es la persona. Ésta, por lo general, actúa presentando barreras al cambio, unas veces de manera consciente y otras no. Es clave saber trabajar estos frenos y barreras con método, perseverancia, rigor y disciplina para alcanzar los objetivos y, por tanto, el éxito. Perseverancia para trabar día a día los hábitos y consolidar el nuevo método de trabajo, aun cuando los comienzos puedan resultar complejos y puntualmente no se alcancen los resultados esperados; rigor a la hora de establecer criterios y disciplina a la hora de seguirlos.

Durante el proyecto siempre hubo quien nos hacía referencia a que otra vez la empresa contrata a consultores externos o invierte en equipos y la mejora no parecía apreciarse. Otros recurrían al paradigma de “lo mío es diferente”, y por ende más complejo, aludiendo a que trabajaban con un producto vivo y en maduración, lo que los hace diferentes de un proceso industrial estable, como por lo visto lo es el proceso, siempre tan usado, de una “fábrica de tornillos”.

Comienza el trabajo con el equipo. Técnicas aplicadas.

En esta situación, empezamos formando al personal en los principios, conceptos y principales técnicas de la metodología LEAN. Esta formación permite a las personas contextualizar el proyecto y favorecer su integración como equipo, de modo que sientan que pueden aportar valor con sus intervenciones gracias a su experiencia y conocimientos.

Una vez formados, comenzamos la aplicación de las técnicas LEAN en los procesos piloto. Nos centramos principalmente en la elaboración de los Mapas de Flujo de Valor (en inglés, Value Stream Map, VSM) y de los Gráficos de Balanceo de las líneas. Con estas técnicas buscamos generar flujo para optimizar el rendimiento y ajustar los procesos a la demanda.

Para obtener un rendimiento óptimo en la aplicación de estas técnicas aplicamos otras dirigidas a la mejora del rendimiento en la zona de trabajo, como la técnica de cambio rápido SMED (Single-Minute Exchange of Die), las 5S y la gestión visual del estado del trabajo.

Las herramientas de gestión visual, fundamentalmente pizarras que marcan el ritmo o cadencia al que la línea de manipulación debía trabajar, así como las incidencias que aparecían en cada intervalo, empezaron a favorecer cambios en los comportamientos del personal. Estos comportamientos iban dirigidos a alcanzar el rendimiento esperado y no dejar pasar productos o situaciones anómalas sin ponerlas de manifiesto y anticiparse a ellas. Hecho que, conforme se fueron alcanzando los objetivos, resultó especialmente reconfortante y motivador para el personal.

Resultados alcanzados

El trabajo realizado por el equipo terminó produciendo unas mejoras del 44% y 48% en cada línea de manipulación. Estos resultados, que suponían más del 200% del objetivo fijado al comienzo del proyecto, fueron clave para la dirección por su impacto en la cuenta de resultados.

En nuestra opinión existe otro resultado especialmente importante ya que garantiza la sostenibilidad del resultado: el cambio de rol del equipo, que se traduce en:

  • La orientación clara de los jefes de línea a la mejora de la productividad, interiorizándola como su mayor responsabilidad junto a la calidad del producto y la formación continua de sus trabajadores (ver artículo Mandos Intermedios, ¿verdaderos líderes?).
  • Una identificación clara de la contribución del trabajador de cada puesto y del equipo al objetivo, de las técnicas que tienen para alcanzarlo así como del ritmo de producción esperado.
  • La definición concreta de las actividades que se deben llevar a cabo por cada persona en cada proceso, incluidas las asociadas al rendimiento.
  • La incorporación de nuevos principios de gestión al día a día, poniendo el foco en disponer del producto en tiempo y forma en las cabeceras de línea, en evitar reprocesos anticipándose a la situación que puede llevar al error y en marcar y asegurar el ritmo de producción previstos en cada línea.

Estas actuaciones, debidamente dirigidas, supusieron el comienzo del proceso de transformación productivo de la empresa, cuya expansión se hace ahora más sencilla gracias a estos primeros éxitos, cuando las personas han comprobado que es posible trabajar mejor y con menor estrés.

El resultado de la experiencia piloto, unido a los positivos comentarios del personal que intervino, ha levantado el interés de otros responsables de líneas y productos por el método Lean, incluso de las áreas de administración y gestión de la empresa.

La transformación no para. Hoy seguimos trabajando en la optimización de otras áreas, en la búsqueda de la mejora constante.

¿Cuál es tu caso? ¿Tienes dificultades para lograr el éxito? ¿Has encontrado frenos o dificultades en la reacción de tus equipos de profesionales? La perseverancia, el rigor o la disciplina, necesarias para optimizar el rendimiento, ¿están presentes en tus equipos?